domingo, 15 de noviembre de 2015

"Todas las Cosas que me Dijo Dios por Walkie Talkie"
PRIMER LIBRO DE ANDRÉS BAZZANO
Andrés ("Andresito", como le decimos algunos amigos/as cariñosamente) presentó su primogénito poemario el pasado 10 del corriente en el anfiteatro del Instituto de Profesores Artigas (IPA). Constituye además la primera edición de uno de los fundadores de OBSCURI. Hecho todo a pulmón, también es lo primero de Walkie Talkie Ediciones (wtediciones@gmail.com).

             "Me dormí atado al mástil y con el walkman puesto,
                  y aunque hago el intento, aunque me esfuerzo,
                    sueño con sirenas."
Dicen que durante el tiempo que Wiraccocha estuvo en Tiahuanaco, (lugar donde existen admirables edificios, así como hombres y mujeres a quienes convirtió en piedras y les mandó un diluvio por no obedecer su mandato), decidió que no debía existir más un mundo oscuro, por lo que ordenó al Sol, la Luna y a las estrellas dirigirse al lago Titicaca, para que alumbrasen al mundo. Y en el momento que el Sol subía el cielo, Wiraccocha se presentó en la forma de un hombre resplandeciente y crió a los Incas, entonces de entre ellos llamó al mayor, llamado Manco Capac y le dijo: "Tú y tus descendientes habrán de ser grandes señores y sujetarán muchas naciones, me reverenciarán siempre como a un padre; y ustedes como hijos míos serán siempre respetados". Luego de esto les dio por insignia el Sunturpaucar, el Champi y el Tupayauri, ordenándoles caminasen por donde quisiesen, y en los lugares que parasen a descansar, probasen a hincar en la tierra el Tupayauri (que era un instrumento a manera de un báculo de oro), y donde este se hundiese, allí deberían fundar una gran ciudad.
  Fue así como salieron de Titicaca y caminaron al norte, probando a hincar en la tierra el Tupayauri por todos los lugares por donde pasaban hasta que llegaron a un hermoso valle, y siguiendo la rivera del río Vilcanota o Willcamayu (río Sagrado) que por él corre, hicieron alto en Tanpu o Tambo. 
  Allí entraron a los sótanos profundos de un hermoso edificio llamado Pacaritanpu, que quiere decir Casa del Amanecer o Casa de Ventanas...
  Los viejos Quipucamayoc, que eran los historiadores oficiales Inca, contaban que en el amanecer de un día, la tierra del Pacaritanpu se abrió en un lugar llamado Tanputtoco o Capacttoco (que es una construcción a manera de ventana dirigida hacia la tierra) y en ese preciso momento Manco Capac o Ayar Manco fue engendrado por un rayo de la luz del Sol...
  Luego también salieron sus hermanos llamados Ayar Cachi, Aucca y Uchu, acompañados de sus mujeres llamadas Mama Ocllo, Cura, Ragua y Huaco, todos ellos vestidos muy ricamente con trajes de lana y oro... los hombres portaban alabardas de oro y las mujeres llevaban el servicio con el que habrían de atender a sus maridos, las semillas y los alimentos. Y una vez que salieron al mundo, caminaron dando vueltas de modo que la luz del Sol se  reflejase en ellos, por todo esto los llamaron los Hijos del Sol. (...).

       Fuente: EL VALLE SAGRADO DE LOS INCAS, MITOS Y SÍMBOLOS, Fernando y Edgar Elorrieta Salazar 
                        (Cusco, 1996). Edición de la Sociedad Pacaritanpu Hatha.