jueves, 20 de noviembre de 2014

Obscuri

De un coloquio de poesía y tragedia que se convirtió en una orgía de ninfas, sátiros, grifos, esfinges, hipopótamos, centauros, ibis y todos los eruditos presentes, por culpa de un párrafo mal traducido, nació Obscuri. No hay brujos en estos tiempos que nos hagan reir, emocionarnos y reflexionar al mismo tiempo como lo hacen estos literatos al regalarnos en cada número desde hace nueve años esa fiesta dionisíaca de palabras y relatos. Obscuri es una revista que aparece entre las neblinas del glorioso Nuevo París al ser conjurada por los sacerdotes egipcios y los oráculos de Delfos. Sus páginas se resisten a la uniformidad, en sus hojas se ve la rudeza de una máquina de escribir que no piensa rendirse, acompañada de la tipografía de un ordenador; los recortes se asoman y se funden en la hoja virgen, el diseño es desordenado y mágico como guiado por una fiesta de Baco, una publicación a la usanza sin anestesia estética, de una visceralidad propia del inframundo al cual corresponde. Obscuri viene cargada de cuentos, novelas, historia, mitología, alquimia, magia, esoterismo y una pura originalidad que se crea a fuerza de constancia y mucha insistencia. Cientos de publicaciones perecieron en el mismo tiempo que esta revista, que, como Leónidas en Las Termópilas, viene resistiendo y creciendo. No tendrá la misma suerte que aquel rey, ya que Obscuri es eterna, porque no es solo una publicación sino que también es magia.

Publicado originalmente en CULTURALIA Nº6 (junio 2011), Mdeo. Reproducido en Obscuri Nº41 (octubre 2011).

lunes, 17 de noviembre de 2014

Breve Diccionario de Mitología e Ideas Afines 
ÚLTIMA EDICIÓN (noviembre 2014)

RUAH (semita). Oponente femenina o contrapartida de Iahvéh (Jehová) antes del
                               Cautiverio de Babilonia. Salida de la boca de Dios y de su na-
                               riz. Antropomórfica y ornitomórfica. Ruah-Kodech: espíritu 
                               santo). Nota de la página 312 del libro de Pompeyo Gener, "La Muerte y el Diablo", 1907.                                                                                                                                                                                                                                                                                   


SETH. Dios egipcio del mal. Introducido por los hyksos (XIXª  Dinastía) como 
              divinidad bienhechora, este pueblo de pastores también impuso el                         culto a su ser supremo: Sutech. Extendiéndose por el Bajo Egipto fue 
              asimilado a una deidad antigua de la ciudad de Ombos. También Seth
              fue conocido como Tifón. Tras la expulsión de los hyksos, representó 
             todo lo terrible y maléfico, siendo el enemigo eterno de la trinidad
             Osiris-Isis-Horus.


ÁNGELES. Espíritus gobernados por Iahvéh. Son espíritu puro y, según la tra-

                      dición, tienen voluntad propia. Hay 6.666 legiones con 6.666 miem-
                      bros cada una. Nombrados en el Talmud y en la Biblia,  y fundamen-
                      talmente, en la tradición judeocristiana cabalística.


                                                                             EDICIONES OBSCURI (2014).

domingo, 16 de noviembre de 2014

Reflexiones


Perdido en borrador,
en el silencio cruel de mi presente, 
perdido, no extraviado
por esta causa
                     que es casual e indiferente...


Perdido en el silencio pertinente
del desamparo que el "sistema" impone.
Extraviado de formas diferentes,
no dejaré que me abandonen.


Soy como soy
y a aquel que me cuestione
le falta autoridad moral para juzgarme
ni tiene fundamentos moledores.


Y sin embargo,
         luego de pensarlo
de intentar reflexionarlo sin rencores,
caigo en la cuenta inexorable
de que no estoy perdido sino en busca
del camino veraz, el adecuado.
Ese camino que marcó mi rumbo
desde hace tantas huellas, eras y murmullos.


Ya pronto he de morir sin compromisos,
mi tiempo ya se ajusta al cronograma
es mía una vida sin diagrama,
es una forma coloquial del anarquismo.


Soy lo que soy.
Carezco de secretos,
y aquellas cosas que no digo,
son mi derecho al optimismo.


No hay rebelión que no comporte
un sueño personal que marque huella,
la vida es una marca despareja
y el futuro, es el brillo,
                          apenas,
                         de una estrella.
        
                                                     J.R.C.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Índex Herético
"Origenistas"
   
Los origenistas fueron los discípulos de Orígenes, hereje cristiano del siglo III. No fue el Padre de la Iglesia renombrado, el cual naciera en Alejandría (Egipto) hacia el año 186. Aquel, alrededor del 290, comenzó a predicar que el matrimonio había sido inventado por el Anticristo y que la procreación debía impedirse por todos los medios, limitándose a una sexualidad placentera. También que Jesús había sido adoptado por Jehová, que los tormentos de los condenados no serían eternos, que el Verbo (la segunda persona de la Trinidad) había nacido de la Vírgen, que Dios podía crear cierta cantidad de espíritus, que los planetas tenían almas racionales debido a su redondez perfecta... Algunos sacerdotes egipcios y palestinos propagaron los postulados de Orígenes provocando serios debates en el seno de la Iglesia. Finalmente fueron condenados en el Concilio de Constantinopla del año 553. 

  Fuente: artículos Orígenes y origenistas del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, tomo XV, c. 1916 (W.M. Jackson, editor, Londres).
  Publicado en Obscuri Nº 48 (enero 2014).

martes, 11 de noviembre de 2014

BREVE DICCIONARIO DE MITOLOGÍA E IDEAS AFINES
ÚLTIMA EDICIÓN (noviembre 2014).


PITONISA.  El verdadero nombre de esta sacerdotisa de Delfos era pitia, de cuya voz era sinónimo el nombre pitonisa que ha prevalecido en el uso y que sirvió para designar ciertas adivinadoras, como la Pitonisa de Endor. El oráculo délfico era esencialmente un oráculo de la Tierra, tanto que se creía fundado por la diosa Gea; el lugar donde pronunciaba la pitonisa sus solemnes respuestas era, según Estrabón, un antro profundo de angosta abertura que exhalaba un vapor que producía extraño entusiasmo. Justamente sobre la abertura estaba el alto trípode en el que se sentaba la profetisa, quien penetrada de aquellos vapores pronunciaba los vaticinios. Aún el historiador Justino hace mención de un profundo agujero que había en Delfos, en la tierra, del que salía con cierta violencia un aire frío que agitaba el espíritu de la sibila y que comunicaba el don profético. En Delfos, como en otros lugares de Grecia, el oráculo de Apolo tuvo por origen la existencia de una emanación natural de cierto gas que se agitaba sobre el cerebro y determinaba un delirio pasajero; tal es la opinión de muchos autores, entre ellos Decharme, quién entiende que el trípode que servía de asiento a la pitonisa, y que era atributo indispensable del dios profeta, se refería a la misma idea, pues era el soporte de la caldera que se colocaba al fuego para hacer hervir el agua, cuyos vapores recordaban aquellos otros de la tierra que causaban el delirio inspirado. Se consideraron, andando el tiempo, como el soplo mismo del dios. Poseída la pitonisa de este delirio pronunciaba discursos, o, lo que era más frecuente, palabras incoherentes interrumpidas por exclamaciones de oscuro sentido y que exigían una interpretación. Durante mucho tiempo los oráculos se pronunciaron en verso, pues así correspondía al dios de la Música y de la Poesía, y eran redactados en forma métrica por sacerdotes colegiados o por los individuos del Consejo Sagrado de Delfos, quien por estar al corriente de lo que pasaba en Grecia y fuera de ella, sabían dar a las palabras de la pitonisa una significación natural y útil, por cuyo medio prestaron, en algunas ocasiones importantes servicios a los hombres políticos de su país. En circunstancias difíciles las respuestas del oráculo tomaban una forma oscura y ambigua. Según Diódoro de Sicilia, en un principio las personas que querían consultar el oráculo se colocaban junto a la mencionada abertura, cuyo vapor inspiraba las profecías a los mismos consultores, las cuales se comunicaban ellos recíprocamente. Mas sucedió que en el desorden que se producía con este cambio de inspiraciones y el delirio que agitaba a los espíritus, algún consultor cayó en aquella garganta sin que de él se volviera a saber. Para evitarlo se puso el trípode sobre la abertura y se instituyó el sacerdocio especial de la pitonisa. Esta no pronunciaba los oráculos más que una vez al año, a principios de la Primavera. A este ejercicio precedía una preparación: la pitonisa tenía que cumplir ciertas prácticas para predisponerse a recibir el númen poético. La sacerdotisa mascaba hojas de laurel y bebía de un agua muy fría de la fuente de la Castalia.
Luego, avisada por Apolo mismo, que anunciaba su presencia conmoviendo el templo hasta en sus cimientos, los sacerdotes conducían a la pitonisa -coronada con laurel- al santuario y la colocaban sobre el trípode. Así que el vapor la rodeaba se le erizaban los cabellos, sus ojos lanzaban miradas terribles, le salía espuma de la boca, un temblor súbito y violento agitaba todo su ser, daba gritos que llenaban a los circundantes de santo pavor, hasta que no pudiendo ya resistir más al dios que la poseía,  se abandonaba a él, profiriendo a intérvalos algunas palabras mal articuladas que los sacerdotes anotaban. 
   Se buscaban a las pitonisas entre las familias pobres porque se quería que hubiesen vivido en la ignorancia. No se les permitían los perfumes, las esencias u otros refinamientos de las mujeres: el laurel y la harina de cebada -para las libaciones- eran todos sus cosméticos. Así educadas los sacerdotes las dominaban mejor, pues fácilmente se comprende que sus predicciones eran una comedia preparada de antemano, y aún tolerada por el Consejo de Delfos. Es cierto que, por las leyes del país, estaba prohibido ejercer sobre la pitonisa alguna presión moral y si alguien importante usaba su autoridad para imponérsele, debía ser desposeído. Aunque hubieron situaciones de este tipo la legislación no fue nunca un freno a la influencia de los poderosos, incluidos el Consejo y los sacerdotes. 
   Desde los primeros tiempos hubo poetas dependientes del templo de Delfos con la única misión de poner en verso las respuestas del oráculo, primero en hexámetros, luego en yámbicos y, últimamente, los ponían en prosa.

EDICIONES OBSCURI. Fuente consultada: "Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano",  W.H. Jackson, inc./Montaner y Simón, editores, Nueva York y Barcelona, respec. Circa 1920 (s/f en el original).

viernes, 7 de noviembre de 2014

La Bacante

Salía del cumpleaños de un amigo; eran cerca de las dos de la mañana y, por una calle céntrica, me encaminaba hacia la parada del ómnibus. A unas cuadras nos cruzamos: tendría veinticinco años. Una belleza común enmarcaba su rostro y su cuerpo.
  -"¡Flaco, me faltan unas monedas para un vino...!" -me dijo de entrada.
  -"Creo que algo tengo..." -respondí.
  -"¿Vas a laburar?... ¡Si querés te invito con un saque y...!" -agregó, algo impaciente pero amable.
  -"¡Sí, voy a laburar...! Ahora me pasa el bondi de las 2 y si lo pierdo... -le contesté mientras le daba unos pesos.  Los aceptó y deseándole suerte toqué apenas su hombro derecho. Seguí, un poco más apurado, rumbo a la parada. Llegué, esperé unos minutos y vino; subí, pagué el boleto y me senté.
  Seguro que era una sacerdotisa de Baco que a esas horas volvía a su templo.

Vituperio
                                                                                                     
  
                                                                                             
Jardín con Estatuas

   Corriendo, van y vienen, entre la avenida costanera Delmira Agustini y el arroyo Miguelete. El paisaje invernal exhibe algunos árboles desnudos y otros totalmente vestidos...  Van y vienen los ciclistas y los "skaters" absorbiendo los últimos tibios rayos del astro rey. Los guardaparques del Prado, en su atalaya, descansan ahora. Por allí está el majestuoso Rosedal con sus túneles de hierro forjado. Los troncos de centenares de añosos rosales se han entrelazado, también, al metal. En los bancos de listones de madera, como los de las plazas de antes,- cirvunvalando la fuente-; las parejas del mismo o distinto sexo. En otros toman mate unos abuelos y más allá unos muchachos ríen y fuman, estudian, guitarrean...  ¡Pero a todos protegen las estatuas del Prado: la de Diana, sin escultor conocido, las de los "Fuegos Fatuos" -de Guimard- que en éxtasis erótico parecen levantar vuelo entre eucaliptus de gran circunferencia...! ¡Qué gran jardín de la antigüedad tenemos la suerte de visitar en cualquier momento!
                                                                                                                      


  Vituperio
(junio 2014)

martes, 4 de noviembre de 2014

El Paciente y su Docta Mente, se Hacen una Película

 Hace poco, el enfermo comprobó que toda abrazo se parece a un iceberg: claro, compacto y momentáneo. -"¿Grabaste todo eso?" -preguntó. -"Sí. Falta el título no más..." -contestó, su mente. Pensé: VIOLARTE CON MIEMBROS PRESTADOS, me parece sensato por ahora, pero NO ME CON-FORMA.
  
Es que en el ring de mi facinerosa libertad, se asaltan estos dos tigres furiosos. Hay tensión, peligroatrevimiento, y olor a criatura vieja. Se rodean las dos bestias pasadas, se olfatean, se miden desafiantes... hasta que se atacan pacienteYmente en el manuscrito de sus vidas, cuyo sexo es: percusión.

  Atrás, las cejas cazadas de la estepa, también se contorsionan, se marean, se marmean entre "los muslos del sol.". Y las compuertas de tus valles están tan abiertas... y tan cerradas, están tan abiertas, y tan cerradas. Decime, ¿soñás a color o en blanco y negro? Más acá, los módulos galvanizados en caliente, paran, marchan, luchan... ¿por un aumento salarial? No puedo, no puedo... participar, por fortuna: todavía queda un músculo que no retiene información. 
  -¿Habrá algo más? ¿Habrá algo más en este puto mundo? ¿Algo más que poder? Asamblea goteada. Me anoté en la lista de horcadores, y cuando tomé la palabra, dije, sin el fetichismo del ilegalismo, creo: -"Si los días son fábricas: ¡quememos todo compañeros! Mientras esperamos que algo bueno suceda, la vieja sigue comprando masitas." (...)  Pero se me ignoró.

  Es que el murciélago americano se tiene miedo a sí mismo, y se refugia en el cuerpo (que, otra vez: sobró). -"¿Habrá algún nombre, entre todos los nombres, para éste nombre, que espera ser nombrado?" -preguntó el agonizante. La cabeza contestó: -"El abismo de las once voces roñas, de las telarañas, hacen eco entre las viceras, (no vísceras) de los nuevos titanes. No escuchan, no oyen... porque el túnel del ingenio, no está cavado desde el corazón.

  Vuelve, el moribundo... a la cama de su mente... y se persigue el encuentro letal. Como las comillas, que se acompañan... asechándose, mirándose de reojo, en cada cita, se desean, por encima de palabras ajenas, pero nunca se logran acoplar. Así se ansían también, el enfermo paciente y su mente, por la inherente distancia que los une. Quieren fusionarse hasta el punto de disponer la mutua aniquilación por contacto. Finalmente, es el papel... el gran vencedor, el que sostiene todo: gruñidos, gemidos, y hasta aquel aliento a vicio fresco está envuelto en el relato, que ya no vibra, sino en el giratorio silencio... de este punto final.

                                                                                                    KARINA FUENTES


domingo, 2 de noviembre de 2014

La Danza en la Antigüedad
(Extractado de la "Enciclopedia Estudiantil", Nº 29, 1961, Editorial Códex S.A.,
Buenos Aires).

  Ha de saberse que en el antiguo Egipto las bailarinas gozaban de gran prestigio público. La diosa de la danza era Hathor, "la gran vaca celestial". En cuanto a los hebreos, también bailaban. Recordemos que la profetisa María y las demás mujeres celebraron jubilosas el paso del mar Rojo, con danzas y panderos, y que el rey David bailó jubiloso delante del Arca. En el lejano oriente la danza estuvo arraigada en las ceremonias religiosas. En China, bajo la dinastía de los Chou, había ciertas danzas rituales que se bailaban con varas. Los japoneses sentían hondo fervor por el baile, al que dedicaban mucho tiempo. Tenían bailarines profesionales. En la India hubo una antigua "danza del fuego" que debía bailarse sobre brasas. Las "bayaderas" (del portugués: bailadeira) o bailarinas, danzaban con fines rituales o para divertir a la gente.
  La "danza de los muertos" o danza macabra tiene su origen en antiguas consejas medievales. Sobrecogida por las asechanzas de los seres sobrenaturales, suponía la gente sencilla que la muerte, en forma de rechinantes esqueletos, bailaba sin cesar su danza, arrastrando a los mortales, sin distinción alguna, con su vértigo irrefrenable. Algunos atribuyen esta lúgubre concepción mítica a un tal Macaber, del año 1424. (...).

Publicado en Obscuri Nº 50.

M a d r u g a d a 

Un gato en el techo al
amanecer. La soledad.
Huesuda, ruidosa, siempre a
punto de morir.
La piel. Las noches. El elástico
del amanecer tirante.
Me mira, los bigotes pinchan el
malestar, los ojos y el cuerpo
son una culebra cobriza.
Se reventó.
El auto partió y en el balcón la
suerte lamió la cara de dios.

Regina
RAMOS

Publicado en Obscuri Nº50 (octubre 2014).

GAME OVER

   Maldito viejo sagrado: el ciego Lito. "¿Cómo andás?" me dijo; "¿cómo no me voy a acordar de vos? Si te pasabas todo el día en las maquinitas". Le faltó decir: "yo a vos te adiviné el futuro cuando eras gurí". Porque a tientas en el mostrador, entre las bolas del flíper y las monedas acumuladas; entre las vidas ganadas y celebradas por los otros, me escuchaba a mí, perder.
   "Geimover, tomá a ver si es con ésta ficha la cosa, vení Geimover, tomá" gritaba el viejo adivino. ¡Qué puntería! Venir a llamarme "Geimover" a mí.

                                                                                                                           Andrés Bazzano
Publicado originalmente en latortugabocaarriba.blogspot.com el 10/6/14.
 En Obscuri Nº49 (junio 2014).

sábado, 1 de noviembre de 2014

Epístolas
del Hno. Johannes (Obs. 49-1)*


    Desde este exilio involuntario, que he aceptado con placer y a regañadientes como un mandato divino; soy feliz, estoy en paz e irrevocablemente harto. Mi jornada transcurre desde las primeras luces del alba, donde me dedico a la oración, luego de maldecir (bajito) por tener que madrugar. Luego, devotamente preparo un mate y aguardo con alegría el despertar de esos tres angelitos (que el demonio se los lleve y pronto), para proporcionarles el desayuno. Mientras los tres monstruitos devoran las vituallas, me dedico a la oración, mientras higienizo todo el desparramo de sus degluciones, a las 11:30 almuerzan y a las 12.30 se dirigen a sus estudios escolares, los más pequeños, mientras la brujita mayor se va al liceo. Aprovecho ese instante para lavar unos 300 kilos de ropa (por fortuna en una máquina automática) y una vez realizado el lavado cuelgo el resultado. A las 15:30 horas, regresa la dueña de casa, quien ha sido la que me ha dado alojamiento: una estrecha celda de un metro de ancho por dos metros de largo, ante lo cual estoy infinitamente agradecido, a ella, y a la Diosa, que ha realizado el milagro. A las 21:30 me retiro a mi celda y nuevamente oro por mi destino que ha sido tan generoso con este humilde servidor. Recuerden queridos hermanos y hermanas que siempre están en mi corazón y que vuestro recuerdo me alienta a seguir con esta puta misión pastoral. Que la Diosa los ampare y los proteja, suyo devotamente:
                                                Johannes

(Por la traducción del sánscrito: Juan El Incierto)

Publicado en Obscuri Nº 49 (junio 2014).

* Obs .49-1: Obscuri Nº 49, epístola primera a los obscurianos.    

EL  PARÁSITO (Segunda Temporada)

CAPÍTULO 1


    No supe, y no sabré durante cuanto tiempo permanecí en ese limbo al cual marduk me había condenado, arrastrado por aquella semidiosa. Lo cierto es que fui expulsado de él a través del vehículo universal: el agua. Tomé conciencia de ello al ascender desde el fondo cenagoso de un arroyo, hasta la fría superficie. Calado hasta los huesos en medio de un paraje inhóspito, rodeado de pinos, mis pies sobre la arena mojada y absolutamente desconcertado. Era noche cerada y una oscuridad me rodeaba. Busqué orientarme, pero no encontraba puntos de referencia. De pronto, de entre las sombras y por detrás de un álamo emergió una figura. Era alta, vestía pantalón de jean, buzo de lana cruda y una espesa cabellera negra y lacia. Estaba descalza. Traía algo en sus manos.
 -No temas, me llamo Ámber. Mientras me cubría con una frazada gris. -¡Te estábamos esperando!
   Me tomó por los hombros y me condujo a una choza de madera, cuya chimenea expelía un humo hospitalario. Iba a preguntarle qué quiso decir con eso de la espera, pero me instó a guardar silencio.
 -Los árboles oyen. -Susurró.
  Cruzamos el vano de la choza y me apresuré a acercarme al fuego.
 -¿Dónde estoy? -pregunté, mientras tomaba un espeso caldo d verduras.
 -Estás en Solymar... -Fue su escueta respuesta.
 -¿Y vos quién sos? -Dije malhumorado.
   En ese momento una tenue claridad comenzó a emerger a través de la ventana. Se oyeron pasos sobre el pedregullo de la entrada y un hombre alto, delgado y pálido, ingresó.
  -¡Lo encontraste! -Fue su comentario.
  -¡Sí, Uriel, es él, no hay duda!
   El hombre se acercó y me estiró una mano helada.
  -¡Bien venido! -dijo. Por su expresión noto que tiene dudas: Ámber es una bruja y yo soy un vampiro...      ¡Siéntase en su casa!
                                                                                                              JUAN EL INCIERTO