viernes, 11 de septiembre de 2015

Es éste el gran paso. Se nacía devoto de Palas, como aún hoy se nace católico, ortodoxo, anglicano o luterano. Pero se entraba a los cultos eléusinos por propia elección. (...) Hemos dicho antes que , probablemente, estos misterios tenían un origen muy antiguo, pelasgo posiblemente, vale decir: turanio. (...) El culto de Deméter, que los originó, es tan antiguo como la agricultura. Deméter es nombre compuesto de Ge y meter, significando Tierra-Madre. Es la Pacha-Mama de la mitología incaica, la Tierra-Fértil, a la cual, hoy todavía, los indios del interior del Perú y de Bolivia rinden culto, ofrendando sacrificios.  Es la Prithivi-Matar, que también significa Tierra-Madre, diosa a la cual alude el Rig-Veda, acoplando naturalmente su culto con el de Dyaus-Pitar, o Cielo-Padre, el dios que, con sus lluvias, fecunda anualmente a la Madre-Tierra y la hace producir ópimas cosechas. (...) Su origen psicológico, como el de todos los cultos, es el terror y el interés. El temor de la sequía, el interés en obtener buenas cosechas. (...) un concepto altamente filosófico: el de la inmortalidad. (...) Es el misterio que impresionaba a Jesús cuando, pensando en su propia misión, que iba a requerirle el sacrificio de la vida, recordaba a los acongojados discípulos que es necesario a la semilla caer y morir para producir fruto y multiplicarse al ciento por uno. (...) La idea del alma y de la inmortalidad estaba ya consignada en Homero, pero, como hemos visto, en una forma embrionaria. En los nuevos cultos de Deméter empieza a tener un carácter que puede llegar a ser ético con el concepto de que la vida futura no ofrece probabilidades iguales para todos. (...) dependen de una vida religiosa, de una iniciación, de la comunión con los dioses. El mito sobre el cual se fundaban los misterios eleusinos está hermosamente narrado en un poema de corte homérico del siglo VI antes de Cristo, reencontrado a principios del siglo pasado, y del cual Leconte de Lisle ha hecho una excelente traducción francesa. (...). 

Fuente: "Misterios Eleusinos y Órficos", Julio Navarro Monzó (Federación Sudamericana de Asociaciones Cristianas de Jóvenes). Mdeo., 1925.                                                    

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