sábado, 15 de agosto de 2015

En Una Playa de Japón


Todo empezó como una llovizna. despertamos luego en la playa, en una playa de Japón. Después de mirar lo poco que quedaba del cataclismo, era imposible imaginar que existiera alguna ciudad detrás de nosotros. Las estas lloviznas siempre caen como cortinas de confusión.
  Desde el exterminio que provino desde el océano atlántico -nosotros nos lo buscábamos-, en esta dimensión nos encontramos en lo que sería el último pedazo de tierra conocido; la luna perdió su rumbo, ahora se encuentra inmóvil encima de nuestros ojos. Pasan los días, y pasan las noches. Estamos solos.
  El cielo despejado, nosotros: apartados, recluidos. Una desesperada sensación de vacío nos cubre, toda la ausencia de los seres vivos se refleja en el eterno resplandor del horizonte.
  Fin.


                                                                                                     MARLENE IZQUIERDO 
                                                                                                        (Venezuela)

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