domingo, 1 de febrero de 2015

APAGANDO FUEGOS PAGANOS

Eran esas leyendas paganas que movieron a que esa solterona prendiera fuego debajo de nuestra silla, sé que no te gusta hablar de religiones, ni cristianas ni paganas, por eso, no me explicaré como es debido; el humo negro entraba a nuestras fosas nasales, y con los vasos de agua que tomábamos hace poco, apagábamos el fuego, como si fuera un juego para niños... Tú seguías sentada debajo de las cenizas.
  Los ojos resplandecientes, bipolares, maniáticos de Julia, eran lo más terrible que me haya perseguido en esta vida. Lanzó otro fósforo a nuestra silla, el fuego lamía mis tobillos, y ella me instigaba, ¿eres o no eres?
 -¿Si soy o no soy? Pues no sé qué soy.
  Nunca lo supe.
  Tuve miedo (sabes lo difícil que es para mí confesártelo); no podía salvarnos; la pintura de los cuadros a mi alrededor se oxidaba.
  
 Una sombra bajó desde las cúpulas más altas, y ella me despertó.

                                                                                                           Marlene Izquierdo
(Punto Fijo,  Falcón,  Venezuela)

No hay comentarios:

Publicar un comentario