sábado, 21 de febrero de 2015

La Odisea del Pedal

   ...Después recordé aquel comentario  (creo que de Galeano...): "(...) la utopía es como el horizonte; está para que caminemos hacia él, aunque nunca lo alcancemos...". Justamente fue lo que hice yo cuando traté de alcanzar aquella ciclista el otro día. 
  A una cuadra del puente sobre el Miguelete, me rebasó raudamente y manteniendo un rítmico pedaleo, me dejó a no menos de treinta metros durante cinco o seis kilómetros. Las subidas y bajadas se sucedían, algún semáforo y una sola curva, también, pero ella, la ciclista, se deslizaba (casi se diría) por el nuevo pavimento de los barrios del oeste. Escuchaba música con auriculares; ondulaba su camisa, atada a la cintura. La condición mecánica de mi bicicleta no colaboró mucho y la de ella estaba bastante mejor, con un piñón de varias velocidades, para empezar... Aunque por momentos dejaba de pedalear y giraba su cabeza para mirar por sobre su hombro, y de reojo, constatar que yo aún seguía detrás, como diciéndome "...¡dale, te espero, metele... pero tengo que estar en... a tal hora...!".
  Y volvía a aventajarme. Pensaría: "...a este tipo le hacen falta unas cuantas bananas; tiene el potasio bajísimo".  Al límite de mis fuerzas y al final de un repecho de setecientos metros, me rendí... 
  La ví alejarse y me pareció que giraba, nuevamente, su cabeza... Me bajé de la "chiva" y seguí caminando con ella.


Baltazar Cherrutti




  

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