Diógenes de Montevideo
¿Adónde habrá ido a parar Diógenes de Sínope -también conocido como "El Cínico"-, si hasta la semana pasada vivía en una casilla en la esquina de Luis Batlle Berres y Carlos Mª Ramírez? Vivía en su gran cucha de perro en el límite de La Teja y Belvedere, en diagonal con el cementerio. Allí en la vereda se alzaba su habitáculo de tablas, nylon y plástico. El de aquel griego del siglo V antes de Cristo era un barril. Éste, más bien, acusaba rasgos hititas: tez morena, baja estatura, nariz larga y aguileña. El termo y el mate jamás lo abandonaban, ni su perro. Deambulaba día y noche, yendo y viniendo por la vereda, no alejándose más de una cuadra. Supongo que éste Diógenes tejano-belvederense del siglo XXI no ha de ser filósofo; sin embargo con su ejemplo nos dice que ni la riqueza ni la fama son necesarias. No habrá sido una opción meditada y voluntaria, sinó alguna injusticia familiar o social, seguramente...
En cambio, Diógenes, el de Sínope, quiso soportar el frío, la lluvia y el Sol, dentro de un tonel, y vivir de las limosnas, para enrostrar a sus conciudadanos cuan hipócritas eran. Quería hacerlos reflexionar acerca de los vicios y falsas necesidades de la época.
¿Qué será de la vida de nuestro Diógenes, ahora que su casilla ya no está en esa esquina? ¿Lo habrán obligado a trasladarse o le adjudicaron al fin una vivienda digna? ...¿Pudo haber sido secuestrado por los piratas y vendido como esclavo en la Isla del Bizcochero?...
Vituperio
(noviembre 2011)
Diógenes de Montevideo (segunda parte)
Tres años después volví a verlo -y no muy lejos del metro cuadrado que fue su hogar-; a menos de una cuadra, en la puerta de un refugio del MiDes, tomaba mate con otros compañeros mientras hacía tiempo para entrar. Desde las seis de la tarde y hasta las ocho de la mañana del día siguiente, ése sería su tonel...
Vituperio
(diciembre 2014)
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