sábado, 6 de diciembre de 2014

Null


Elijo resucitar por la pradera,
camino por la cinta porque es prometedora,
las aguas se van calmando,
con ellas el azul drenando.
El resplandor no gusta, nunca gustó.
no dejan ver el reflejo
de los soles del caos,
la incertidumbre perpetua.
El nudo siempre se entiende,
es él el talismán que nutre
los harapos de la antaña curvatura.
Ya no sé, los hilos son intrincados
buscando salir del pasadizo
de mi buena ignorancia.
La efímera ráfaga trae consigo
un torrente de imágenes
que me envuelven y se enredan
en los pulsos, en los cabellos
mordidos por sus susurros
sus maravillas que nunca podrán
estar de pie.

Valentina  Kachanovska

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