lunes, 22 de diciembre de 2014

EPÍSTOLAS DEL HERMANO JOHANNES

Primera (Jo. 1: 1)

Querido Dios:
                             Hace tiempo que no hablamos, pero vos sabés cómo es ésto: después de Freud no queda claro si sos vos, o mi subconciente, o esta leve esquizofrenia de escritor barato, lo que funciona como interlocutor. ¡En fin! me tiene sin cuidado porque en el fondo estoy plagiando a Machado, cuando decía:"Quien hasta sólo espera, hablar a Dios un día, mi soliloquio es plática con ese buen amigo, que me enseñó el secreto de la filantropía". ¡No hay caso, el tipo la tenía clara!  Así que por si acaso, y por las dudas, (otro plagio a Benedetti) hago que charlo contigo y a lo mejor estoy charlando con ese otro que me interpela, que me cuestiona y a veces, también me jode un poco.  Vos dirás. ¡Bué, ¿qué es lo que pasa?!  Y en realidad no lo tengo demasiado claro. Se me ocurre que tener  un "interlocutor válido" es la mejor manera de plantearse las cosas. Porque este mundo en el que estamos metidos, está lleno de parches.  Desde los amigos que te emparchan la soledad, esa de la que hablaba Miguel Hernández cuando decía: "Uno siempre está solo, a veces está más solo".  Hasta el discurso de vida que uno se plantea para no bostezar de hartazgo y de aburrimiento.  Desde las "Políticas de Estado", que viven emparchando errores y horrores, en todos los tiempos y en todas las latitudes; hasta este estado del discurso en el cual uno pone sobre el papel una sarta de ideas, que no son otra cosa que parches al alma.  ¡Mirá qué tema, el alma!  ¿O será el intelecto, o la razón?  Porque... ¿Qué carajo será el alma?  Porque hasta ahora no vi ninguna e incluso oí decir que hay desalmados, es decir que si tuviéramos alma, esos tipos carecerían de ella; y vos los ves y parecen "normales".  ¿O será que se dice que alguien no tiene alma cuando jode a los demás?  Y si fuera así, entonces el alma no es ética, es funcional a intereses individuales; ya que también se dice: ¡Hay por ahí tanto alma podrida!  ¿Habrá que ponerla en el freezer?  ¡Digo, yo no sé!  Porque si todos tenemos alma, ¿cómo se les llama a los buenos tipos?: ¿almados?, ¿sanos?, ¿naturales?  No me queda claro.
  Vos disculpá, pero tengo que preguntar, ya que cuando uno está enamorado le dice al otro: "mi vida, mi cielo, mi alma".  Y todo es un lío.  ¿Se puede regalar el alma?  O es un entrevero de metáforas, ya que nada es cierto, en el entendido de que la metáfora coloca el sentido de un término, en otro término que por cercanía lingüística lo enaltece.  Pero volviendo a las divagaciones principales, ¿de qué estábamos hablando?  Es que me pierdo.  Comienzo a especular, a buscarle la quinta pata al gato y después me armo un entrevero que ¡Vos nos libres!...  ¡Ah, sí, ya me acordé!  Hablábamos de vos y de mí,  y de esta realidad en la que estamos metidos.  Me estoy poniendo viejo y eso quiere decir un poco de  conservadurismo y otro poco de escepticismo.  Pero como el ser conservador a mí no me sale, no tengo más remedio que adornar mi escepticismo.  Es decir, dudar.  Dudar sin respuestas, porque te puedo asegurar, a esta edad, que no hay verdades absolutas, y cada pregunta conduce a otra, y a otra, y a otra...  Alguien me dijo que eso se llama "filosofar"; pero de eso entiendo poco, como te imaginarás, ya que "filo" quiere decir "acercarse a..." y "sofía" significa "sabiduría", "conocimiento".  Así que filosofar sería una manera de volverse sabio, conocedor; y yo estoy tan lejos de eso, como de entender aquello del alma.  ¿Chapás?  ¿Que si tengo opiniones?  ¡Claro que tengo!  Pero únicamente son eso: opiniones.  Ni conocimiento, ni sabiduría.  Ni siquiera son certezas. Son "parches".  Como dijo Platón, que dijo que Sócrates dijo: "Sólo sé que no sé nada".  ¡Qué crá'!  ¿Te das cuenta?  Si lo dijo el tipo más encumbrado del pensamiento occidental, ¿qué voy a venir yo a meterme en camisa de once varas?  ¡Y bué'!  Voy dejando por acá porque si sigo proseando, no termino más, y ya vi que atajaste un par de bostezos y andás medio aburrido con tanta cháchara.  Te dejo un ¡buen día! y la seguimos en otro momento.  ¿Cómo?  ¡Que no estabas aburrido!  Sí, ya sé que sos muy educado, pero reconozco mis limitaciones y siempre tendremos tiempo para charlar.  ¡Un abrazo!

Hno. Johannes
(Por la copia: Juan El Incierto)

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