sábado, 1 de noviembre de 2014

EL  PARÁSITO (Segunda Temporada)

CAPÍTULO 1


    No supe, y no sabré durante cuanto tiempo permanecí en ese limbo al cual marduk me había condenado, arrastrado por aquella semidiosa. Lo cierto es que fui expulsado de él a través del vehículo universal: el agua. Tomé conciencia de ello al ascender desde el fondo cenagoso de un arroyo, hasta la fría superficie. Calado hasta los huesos en medio de un paraje inhóspito, rodeado de pinos, mis pies sobre la arena mojada y absolutamente desconcertado. Era noche cerada y una oscuridad me rodeaba. Busqué orientarme, pero no encontraba puntos de referencia. De pronto, de entre las sombras y por detrás de un álamo emergió una figura. Era alta, vestía pantalón de jean, buzo de lana cruda y una espesa cabellera negra y lacia. Estaba descalza. Traía algo en sus manos.
 -No temas, me llamo Ámber. Mientras me cubría con una frazada gris. -¡Te estábamos esperando!
   Me tomó por los hombros y me condujo a una choza de madera, cuya chimenea expelía un humo hospitalario. Iba a preguntarle qué quiso decir con eso de la espera, pero me instó a guardar silencio.
 -Los árboles oyen. -Susurró.
  Cruzamos el vano de la choza y me apresuré a acercarme al fuego.
 -¿Dónde estoy? -pregunté, mientras tomaba un espeso caldo d verduras.
 -Estás en Solymar... -Fue su escueta respuesta.
 -¿Y vos quién sos? -Dije malhumorado.
   En ese momento una tenue claridad comenzó a emerger a través de la ventana. Se oyeron pasos sobre el pedregullo de la entrada y un hombre alto, delgado y pálido, ingresó.
  -¡Lo encontraste! -Fue su comentario.
  -¡Sí, Uriel, es él, no hay duda!
   El hombre se acercó y me estiró una mano helada.
  -¡Bien venido! -dijo. Por su expresión noto que tiene dudas: Ámber es una bruja y yo soy un vampiro...      ¡Siéntase en su casa!
                                                                                                              JUAN EL INCIERTO

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