Un gato en el techo al
amanecer. La soledad.
Huesuda, ruidosa, siempre a
punto de morir.
La piel. Las noches. El elástico
del amanecer tirante.
Me mira, los bigotes pinchan el
malestar, los ojos y el cuerpo
son una culebra cobriza.
Se reventó.
El auto partió y en el balcón la
suerte lamió la cara de dios.
Regina
RAMOS
Publicado en Obscuri Nº50 (octubre 2014).
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